Miles de palestinos asisten al primer viernes de Ramadán en Al-Aqsa
En medio de restricciones de la ocupación israelí, se intensificaron los enfrentamientos entre palestinos y la policía, luego de que miles de creyentes se acercaron a celebrar el primer viernes del bendito mes.
En comparación con el Ramadán del 2020, miles de palestinos asistieron hoy a las oraciones del primer viernes del bendito mes en el recinto de la mezquita Al-Aqsa de Jerusalén. Los fieles, ansiosos por asistir a la primera oración del día, se dirigieron al recinto de la mezquita, cruzando las barreras militares mientras la policía israelí reforzaba su presencia en toda la ciudad.
Desde las primeras horas de la mañana, las autoridades de ocupación israelíes cerraron los puestos de control que separan Jerusalén del resto de Cisjordania ocupada, y desplegaron policías en la Ciudad Vieja, obstruyendo el movimiento de los palestinos y sus vehículos, obligándolos a caminar largas distancias hasta llegar al lugar sagrado.
Dentro de la Ciudad Vieja de Jerusalén ocupada, los policías colocaron barreras de hierro, inspeccionaron las tarjetas de identidad de los transeúntes en los callejones que conducen al recinto de la mezquita.
En primer lugar, permitieron que cientos de creyentes con permisos especiales entraran al recinto; pero luego, según informó la agencia de noticias WAFA, la llamada Administración Civil israelí (nombre que Israel le da al organismo que administra su ocupación militar de Cisjordania) anunció que solo permitiría el ingreso a aquellos recibieron la vacunación completa contra la pandemia.
En consecuencia, los enfrentamientos se intensificaron entre los palestinos y la policía israelí en el puesto de control de Qalandia. "Se nos impidió entrar en Jerusalén y orar en Al-Aqsa", dijo la residente palestina Samya Abdel-Aziz a un medio local, y agregó: "Israel invoca la vacuna contra el coronavirus para limitar la entrada de fieles a Al-Aqsa”. "Defendemos nuestro derecho a la mezquita y exigimos una intervención internacional y de derechos humanos para disuadir al estado ocupante Israel", agregó.
En la Franja de Gaza, Israel no permitió que los residentes se dirigieran al complejo de la mezquita de Al-Aqsa a rezar, que alberga tanto la Cúpula de la Roca como la mezquita en sí, y se considera el tercer lugar más sagrado del Islam. Para la mayoría de los palestinos, de fe islámica, en Jerusalén y en todo el territorio palestino ocupado, el bendito mes de Ramadán maximiza su ya naturalmente íntima conexión con la Mezquita Al-Aqsa.
Los últimos tres días han sido testigos de enfrentamientos nocturnos entre la policía y los creyentes en Jerusalén Oriental, con tensiones por la decisión de la policía de prohibir que las personas se sienten en las escaleras fuera de Bab al-Amoud, también conocida como Puerta de Damasco, bajo la apariencia de implementar las restricciones del coronavirus.
En comparación con el Ramadán del 2020, miles de palestinos asistieron hoy a las oraciones del primer viernes del bendito mes en el recinto de la mezquita Al-Aqsa de Jerusalén. Los fieles, ansiosos por asistir a la primera oración del día, se dirigieron al recinto de la mezquita, cruzando las barreras militares mientras la policía israelí reforzaba su presencia en toda la ciudad.
Desde las primeras horas de la mañana, las autoridades de ocupación israelíes cerraron los puestos de control que separan Jerusalén del resto de Cisjordania ocupada, y desplegaron policías en la Ciudad Vieja, obstruyendo el movimiento de los palestinos y sus vehículos, obligándolos a caminar largas distancias hasta llegar al lugar sagrado.
Dentro de la Ciudad Vieja de Jerusalén ocupada, los policías colocaron barreras de hierro, inspeccionaron las tarjetas de identidad de los transeúntes en los callejones que conducen al recinto de la mezquita.
En primer lugar, permitieron que cientos de creyentes con permisos especiales entraran al recinto; pero luego, según informó la agencia de noticias WAFA, la llamada Administración Civil israelí (nombre que Israel le da al organismo que administra su ocupación militar de Cisjordania) anunció que solo permitiría el ingreso a aquellos recibieron la vacunación completa contra la pandemia.
En consecuencia, los enfrentamientos se intensificaron entre los palestinos y la policía israelí en el puesto de control de Qalandia. "Se nos impidió entrar en Jerusalén y orar en Al-Aqsa", dijo la residente palestina Samya Abdel-Aziz a un medio local, y agregó: "Israel invoca la vacuna contra el coronavirus para limitar la entrada de fieles a Al-Aqsa”. "Defendemos nuestro derecho a la mezquita y exigimos una intervención internacional y de derechos humanos para disuadir al estado ocupante Israel", agregó.
En la Franja de Gaza, Israel no permitió que los residentes se dirigieran al complejo de la mezquita de Al-Aqsa a rezar, que alberga tanto la Cúpula de la Roca como la mezquita en sí, y se considera el tercer lugar más sagrado del Islam. Para muchos palestinos en Jerusalén y en todo el territorio palestino ocupado, el Ramadán está conectado directamente con la Mezquita Al-Aqsa.
Los últimos tres días han sido testigos de enfrentamientos nocturnos entre la policía y los creyentes en Jerusalén Oriental, con tensiones por la decisión de la policía de prohibir que las personas se sienten en las escaleras fuera de Bab al-Amoud, también conocida como Puerta de Damasco, bajo la apariencia de implementar las restricciones del coronavirus.
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