Masivas protestas en Gaza dejan más muertos y heridos
En el marco del traspaso de la embajada de EEUU a Jerusalén, miles de palestinos condenan el hecho en la Franja de Gaza.
En el marco de la apertura de la delegación estadounidense en la ciudad de Jerusalén, miles de manifestantes palestinos se reunieron este lunes a lo largo de la frontera con la ocupación del régimen de Israel, dejando hasta el momento 41 palestinos muertos y 2000 heridos a causa de la represión de las fuerzas israelíes.
Las multitudes se construyeron a lo largo del día en el territorio palestino, a menos de 100 kilómetros de distancia de Jerusalén, donde se desplegaron grandes medidas de seguridad en los preparativos del acto de inauguración de la nueva representación diplomática de Washington.
Los manifestantes incendiaron neumáticos en varios puntos a lo largo de la frontera; por otro lado, el régimen ocupante israelí dijo que los manifestantes atacaron el muro fronterizo, justificando así el fuego de sus francotiradores sobre los civiles palestinos.
A su vez, en Cisjordania cientos de personas se congregaron en el centro de Ramallah mostrando su disconformidad; además, se realizó una marcha hacia el cruce de Qalandiya en las afueras de Jerusalén.
Los nuevos mártires de la represión sionista en Gaza se suman a los caídos en anteriores jornadas de la Marcha del Retorno, iniciada el 30 de marzo pasado, en el formato de una manifestación pacífica que llama a la implementación del párrafo 11 de la Resolución 194 (1948) de la ONU que resuelve el derecho al retorno a sus hogares de todos aquellos refugiados palestinos expulsados por el accionar del régimen sionista de Tel Aviv a lo largo de 70 años.
Según lo planificado por las autoridades palestinas, las protestas estaban programadas para su finalización este martes 15 de mayo, dando cierre a la "Marcha del Retorno", que tendrá como punto culminante la conmemoración de los 70 años de la Nakba (catástrofe / tragedia), que recuerda a los 750 mil palestinos (según UNRWA) o casi un millón de ellos (según fuentes palestinas), que fueron expulsados con la implantación de la entidad sionista en suelo palestino, en 1948.
Mientras tanto, por debajo de las grandes cortinas de humo negro en la Frontera de Gaza, los casi diez mil palestinos están presentes para pedir, en el campo, por el reconocimiento de su Estado y su nación.
Un hombre de 40 años de edad, uno de los miles de asistentes de la marcha, se unió a una multitud de cientos de manifestantes, junto con su madre y sus cinco hijos. "Hoy estamos aquí para enviar un mensaje a Israel y sus aliados de que nunca renunciaremos a nuestra tierra", dijo.
Ilegal embajada
La comunidad internacional mantiene que las embajadas en Israel tienen que situarse en Tel Aviv, ya que según el derecho internacional, la parte este de Jerusalén está ocupada por Israel desde 1967 y debería ser la capital del futuro Estado palestino. La mayoría de países del mundo no reconoce a Jerusalén como capital de Israel y continúan con esta política cuyo consenso ha roto la administración del presidente estadounidense, Donald Trump.
El presidente palestino, Mahmoud Abbas, cortó las relaciones con Washington y declaró que el reconocimiento del presidente estadounidense de que Jerusalén era la capital de Israel y la reubicación de la embajada eran "flagrantes violaciones de la ley internacional".
Hoy en Jerusalén, con toda pompa oficial, autoridades del régimen junto a 250 altos funcionarios de Washington llevan a cabo una nueva celebración de la “impunidad sionista” y la “excepcionalidad estadounidense”, en el marco de un intencionado refuerzo del clima de tensión que agrava la situación regional y que llevándose por delante la justicia, pone en riesgo una vez más a la paz mundial.
Noticias relacionadas
-
Palestina pide protección a ONU tras los bombardeos israelíes en Gaza
-
Biden se dice comprometido a la solución de dos estados
-
Abbas aguarda la visita del presidente estadounidense a Cisjordania
-
Abbas y Haniyeh celebraron reunión en Argelia
-
Tamam Abou Hamidan: la migrante palestina que es alcaldesa de una ciudad sueca