Israel usurpa más tierras palestinas
El Gobierno de Israel ha confirmado la confiscación de 400 hectáreas de tierra en Cisjordania, que ahora pasan a ser de “titularidad israelí”. Este anuncio se conoce cinco días después de que entrase en vigor la tregua con las facciones palestinas en Gaza pero, según fuentes gubernamentales, se tomó la pasada semana durante los bombardeos.
La zona en cuestión se encuentra a algo menos de 10 kilómetros al sur de Belén, en el área de Gush Etzion, precisamente donde el 12 de junio fueron secuestrados y posteriormente asesinados tres jóvenes judíos que estudiaban en suelo ocupado.
Esta medida ilegal de Israel se interpreta como una respuesta a ese crimen, que llevó a detenciones masivas de miembros de Hamas —a quien Israel acusa del caso, reconocido después por uno de sus líderes— y, finalmente, a una escalada de violencia que desembocó en la Operación Margen Protector contra Hamás.
Según denuncia la ONG israelí Paz Ahora, se va a añadir esta tierra a un asentamiento llamado Gvaot, en el que ahora mismo residen no más de 15 personas, pero que está muy próximo a Gush Eztion, donde ya hay 60.000 residentes ilegales.
La idea, según han constatado las autoridades locales a France Presse, sería la de crear “una nueva ciudad” en esta zona anexionada. Hay 45 días para presentar alegaciones, pero la organización avisa de que casi nunca son escuchadas. El departamento de Estado de EE UU pidió este domingo a Israel que reconsidere su decisión, porque es “contraproducente” para la paz, según Reuters.
La asociación sostiene que es la confiscación de suelo “más grave desde principios de los años ochenta” en esa zona y complica las comunicaciones entre el sur de Cisjordania y Jerusalén Este, pretendida capital del futuro Estado palestino.
Precisamente es importante este anuncio de Israel porque se produce tres días después de que el presidente palestino, Mahmud Abbas, afirmase que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, le había dicho personalmente que estaba dispuesto a reconocer un Estado palestino plenamente soberano sobre las fronteras previas a la ocupación de 1967, esto es, sobre Cisjordania, Gaza y Jerusalén Oriental.
Esta idea fue rechazada por el Gobierno israelí con una declaración al diario Haaretz, sin más. La nueva anexión supone recortar el territorio cisjordano que se pretende que esté en esas fronteras.
Con Netanyahu, denuncia también el grupo de activistas Paz Ahora, el ritmo de construcción de nuevas casas en colonias se ha multiplicado, complicando esa delimitación de fronteras. Hubo una oleada de aprobaciones en primavera, cuando se rompieron las últimas negociaciones de paz con los palestinos. Desde el secuestro de los chicos, denuncia el Gobierno palestino, se han autorizado 1.472 unidades más.
Tanto la oficina de Abbas como la Organización para la Liberación de Palestina han sido muy críticas con este paso. “Sólo deteriorará aún más la situación”, lamentó Nabil Abu Rudeineh, portavoz del presidente palestino, recordando que la comunidad internacional consideraba los asentamientos ilegales y un obstáculo para la paz, como los califica, también, el presidente de Barack Obama.
El negociador palestino Saeb Erekat sostiene que se trata de “acabar con la presencia palestina en la zona” y con “el sueño de dos Estados”.
Ambos denuncian que esta medida puede “desestabilizar” Cisjordania, donde las protestas, primero, por el asesinato de un menor palestino por extremistas judíos en Jerusalén y, luego, por Gaza, han dejado ya 32 muertos en enfrentamientos con el Ejército israelí.
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