Detrás del ataque sistemático israelí a las ONGs palestinas

El 18 de agosto, las fuerzas israelíes irrumpieron en las oficinas de Al-Haq, Addameer, el Centro Bisan de Investigación y Desarrollo, Defensa de los Niños Internacional-Palestina (DCIP), la Unión de Comités de Mujeres Palestinas, la Unión de Comités de Trabajo Agrícola y la Unión de Comités de Trabajadores de la Salud (UHWC), con órdenes militares para cerrar los grupos por “ilegales”.

A pesar de que, apenas unos días después del ataque, una evaluación de la CIA mostró que no se pudo encontrar ninguna evidencia creíble que corrobore la etiqueta de “terror” de Israel para seis de los grupos, la ocupación comenzó una guerra contras las ONGs.

Desde entonces, la labor de las organizaciones palestinas trabajan desde las sombras, con el miedo de que su capacidad de documentar las violaciones de derechos humanos por parte de Israel se disminuya paso a paso.

Las organizaciones se centran en el trabajo en los campos de los derechos humanos, el apoyo a detenidos ilegalmente, los derechos del niño, la atención médica, la prestación de servicios directos y el seguimiento de los abusos contra los derechos humanos.

Varias ONG, instituciones y países internacionales, incluidos nueve estados de la UE, rechazaron la clasificación a las organizaciones palestinas como “infundada” y expresaron su preocupación después de que las tropas israelíes obligaron a cerrar las instalaciones.

En una entrevista con un medio regional, Sahar Francis, director de la Asociación de Derechos Humanos y Apoyo a los Prisioneros de Addameer, dijo: “Israel sabe que la sociedad civil palestina es un jugador fuerte y siente que estamos progresando a nivel internacional, aunque lo que hemos logrado es poco. Quieren impedir que funcionemos”.

Para el director de Addameer, la decisión del gobierno israelí tiene graves consecuencias no solo en los territorios ocupados sino también en el escenario internacional. “Este es un desarrollo peligroso para la comunidad de derechos humanos en términos generales”, dijo Francis. “Si Israel no anula sus órdenes, tendrá derecho a decidir qué grupos de derechos se consideran 'legales' para existir y cuáles no”, afirmó

“Es una manipulación de las leyes antiterroristas a nivel internacional”, dijo, citando una declaración del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre las designaciones de terroristas.

Por otro lado, el abogado defensor de Al-Haq, la organización de derechos humanos más antigua de Palestina, afirmó que “Israel está tratando de eliminar a la sociedad civil palestina debido al trabajo que realiza, para que puedan perpetuar sus crímenes sin ser expuesto, desafiado o responsabilizado”. Aseel Al Bajeh calificó los ataques recientes como un “asalto al movimiento mundial de derechos”.

Sin embargo, a pesar de operar en circunstancias desafiantes con una capacidad mucho más limitada y sin protección, todas las ONG están convencidas en seguir adelante su labor.

“Como palestinos, es parte de nuestra lucha por la justicia lo que nos impulsa a continuar nuestro trabajo”, dijo Al Bajeh, y agregó que mientras la etiqueta de terrorista y las órdenes militares permanezcan vigentes, el personal de la ONG tendrá que desviar tiempo y recursos de su trabajo para centrarse en combatir las últimas medidas de Israel.