Comienzan las condenas al posible traslado de la embajada brasileña a Jerusalén

Tan solo cinco días después de su triunfo en las elecciones brasileñas, el flamante electo presidente del país sudamericano, Jair Bolsonaro, anunció su decisión de trasladar la embajada de Brasil a los territorios ocupados palestinos de Tel Aviv a Al-Quds (Jerusalén) y prometió “incentivar una relación cercana y cooperación muy productiva” con Israel.

Condenas

El pasado fin de semana, la Organización para la Cooperación Islámica (OCI) condenó dicha decisión y la calificó de “ilegal”. “La declaración fue una violación flagrante del derecho internacional y de todas las resoluciones relevantes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)”, comunicó la entidad.

El organismo, con sede en Yeddah (Arabia Saudita) y compuesto por 57 estados de mayoría islámica, instó además al país sudamericano a “respetar sus obligaciones legales y políticas en virtud del derecho internacional” y a “adoptar posiciones que apoyen una posible paz”, para resolver la ocupación israelí sobre Palestina.

Además, el movimiento palestino Hamas calificó la decisión de Bolsonaro como un “paso hostil hacia el pueblo palestino” y llamó al presidente a retractarse en su medida.

Por otro lado, el presidente de la Cámara de Comercio Brasil-Árabe, Rubens Hannun, alertó que el traslado de embajada brasileña de Tel Aviv a Jerusalén "puede traer perjuicios económicos" para el país. Según Hannun, esta postura del nuevo presidente, "sensible a los países árabes", podría afectar a las relaciones de Brasil con dichas naciones. 

Los países árabes son el mayor comprador de carne brasileña y el segundo en proteína animal, ocupando el 5,3% de toda la pauta exportadora del país sudamericano. En 2017, las exportaciones de Brasil hacia el mundo árabe sumaron 13.500 millones de dólares. Ante esta iniciativa, Hannun alerta que dichas naciones "podrían optar por comprar proteína animal a competidores", como Argentina o Australia.

Contexto

Antes de ser electo por el pueblo brasileño, Jair Bolsonaro, que desde un acérrimo evangelismo y liberalismo pro-Washington ha defendido en distintas ocasiones el acercamiento de Brasil al régimen israelí, anunció en una entrevista que cerraría la embajada palestina en la capital, Brasilia. 

Esta declaración del ultraderechista ha generado controversia en Brasil, que reconoció oficialmente a Palestina como Estado independiente en 2010.

Los dichos y decisiones anti-palestinos de Bolsonaro, así como el acercamiento de Brasil a Israel -girando en 180 grados la política exterior brasileña- han sido algunos de los factores que han llevado a la actual oleada de comparaciones entre el mandatario electo brasileño y el presidente estadounidense, Donald Trump, precursor en reconocer unilateralmente a Al-Quds como capital israelí.