Cientos de trabajadores de la ONU y sus familiares asesinados por la ocupación israelí en Gaza

Un informe no publicado de la ONU, obtenido por el medio de comunicación Drop Site, revela que la ocupación israelí ha asesinado a cientos de trabajadores de la ONU y sus familiares en Gaza. Según el informe, hasta el final de junio, al menos 195 empleados de la ONU y 172 de sus familiares han perdido la vida a manos de las fuerzas israelíes.

El informe detalla que cinco dependientes del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), cuatro de UNICEF, tres del Programa Mundial de Alimentos (PMA), dos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y 158 de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) han sido asesinados por las fuerzas israelíes. Este reporte se convierte en el primer documento que cuantifica la magnitud del ataque dirigido contra las familias de los empleados de la ONU.

A pesar de múltiples solicitudes, la ONU no ha emitido comentarios al respecto. Sin embargo, la gravedad de los hechos ha despertado indignación y llamados a la acción por parte de la comunidad internacional. Los informes de UNRWA han sido constantes en denunciar los ataques a su personal y a sus instalaciones, pero estos números revelan un nivel de violencia sistemática aún más preocupante.

El pasado 21 de julio, un convoy de la ONU fue atacado por fuerzas israelíes a pesar de la coordinación previa con el ejército. Además, un bombardeo israelí sobre la escuela Abu Oreiban, gestionada por UNRWA en el campamento de Nuseirat, central de Gaza, mató al menos a 15 personas el 14 de julio. Solo un día antes, un ataque en Al-Mawasi, al sur de Gaza, dejó un saldo de al menos 90 muertos y cientos de heridos.

El régimen de Tel Aviv ha acusado a miembros de UNRWA de estar involucrados en la operación "Diluvio de Al-Aqsa" del 7 de octubre, aunque no ha presentado pruebas concluyentes al respecto. Además, se han reportado casos de tortura a empleados de UNRWA en centros de detención israelíes. En marzo, Tel Aviv propuso un plan para desmantelar la agencia, lo que ha intensificado las tensiones y la preocupación por la protección de los trabajadores humanitarios en la región.