Tikrit: recuperación en curso
Tropas iraquíes combinadas (Ejército y fuerzas de Movilización Popular), reconquistan la ciudad de Tikrit tras 20 días de ofensiva. Con dos tercios de la ciudad bajo dominio, se reciben refuerzos especializados en guerra urbana para completar la tarea calle a calle en la porción de la ciudad aún bajo presencia de E.I.
Nueve meses después de caer en manos de Estado Islámico, el Ejército iraquí volvió el 10 de marzo a recorrer Tikrit. Los uniformados -respaldados por las milicias de Movilización Popular y tribus locales- dedicaron la jornada a purgar el enclave de combatientes extremistas.
La ofensiva, en la que participan unos 30.000 hombres, arrancó a comienzos de marzo y desde el domingo 8 había ido estrechando el cerco sobre Tikrit al recuperar pueblos cercanos como Al Alam y Al Dur. Finalmente el martes 10 los tanques irrumpieron en el barrio de Qadisiya, en el norte de la ciudad, y avanzaron calle por calle hacia el centro con el apoyo de helicópteros de combate y artillería pesada.
El hospital general fue uno de los primeros edificios estatales en caer, en una ciudad completamente vacía. Poco después, otro batallón inició las arremetidas desde el sur de la urbe empujando a los terroristas hacia la localidad cercana de Huwaija.
Los efectivos cortaron plazas y levantaron muros para aislar a los takfiríes y forzar su repliegue. Las refriegas más intensas se registraron en las inmediaciones del complejo de palacios construidos en su momento por Saddam Husein, que E.I. había convertido en su cuartel general.
A comienzos de esta semana, fuentes de seguridad iraquíes estimaban que Bagdad había recuperado el control del 60% de la ciudad. Las tropas tuvieron que aminorar el ritmo de avance ante las trampas explosivas dejadas por E.I. en su huida. «Han plantado unas 6.000 minas dentro de Tikrit, lo que ha frenado la operación conjunta para acceder y retomar el enclave», arguyó el ministro de Asuntos Provinciales iraquí Ahmed Abdalá al Juburi.
No obstante, la victoria de las fuerzas nacionales iraquíes, parecía cuestión de tiempo y coincide con los preparativos para liberar Mosul, operación sobre la cual especialistas del mundo pronostican un triunfo.
Como era de esperarse, la respuesta del E.I. a su derrota en Tikrit resultó brutal. Un total de 13 coches bomba golpearon Ramadi, dejando cinco muertos.
Este miércoles, según informó un miembro de alto rango del Ejército, se movilizaron y enviaron refuerzos especializados en guerra urbana para liberar completamente la ciudad. Se trata de nuevos combatientes formados para la lucha callejera y casa por casa, así como fuerzas especiales en desactivación de explosivos, informó el Ejército.
Para algunos analistas y actores regionales la preocupación son las “posibles” (y en algún interesado, y siempre presente, caso ‘pro cantonización’ aun no extinto, “deseables”) tensiones sectarias posteriores tras la reconquista de Tikrit; esto obligó a expedirse sobre el tema a autoridades y analistas en Bagdad, afortunadamente para desestimarlo tajantemente.
Tristemente en el análisis mediático de lo que representa una muy buena noticia, se sigue buscando significar y manipular la temática a través de la identificación sectaria de las fuerzas actuantes en el campo nacional, algo poco deseable e insano para todos aquellos que nos ubicamos firmemente en una posición patriótica y laica contraria a la nefasta enfermedad de la discriminación religiosa; un posicionamiento que deseamos termine finalmente por hacerse piel en nuestros pueblos del Levante más allá de todo intento externo por eternizar el mencionado flagelo social.
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