Siguen las manifestaciones en Irak
A medida que las manifestaciones en Irak entran en su noveno día y se extienden a la capital, los manifestantes no son optimistas sobre el cumplimiento de sus demandas.
Las protestas estallaron por primera vez en la sureña ciudad de Basora, donde los manifestantes criticaron los servicios públicos deficientes, el alto desempleo y la escasez crónica de energía.
Las razones principales de la actual crisis financiera de Irak, que parece haber desencadenado las protestas, son los altos costos del perpetuo conflicto y la caída de los ingresos del petróleo.
Si bien Bagdad ha sido en gran medida incapaz de cumplir con sus planes de desarrollo, también está luchando para proporcionar servicios públicos básicos, incluida la electricidad y el agua.
Mientras tanto, una crisis de desplazamiento continúa devastando las partes occidental, central y septentrional del país, donde las operaciones anti-terroristas siguen en curso desde 2014. A su vez, en las regiones orientales y meridionales del país parecen enfrentar un desafío completamente diferente: la percepción de negligencia y mala gestión del gobierno.
Corte de luz
A principios de esta semana, Irán cortó la energía a su vecino del oeste, dejando a la provincia iraquí de Basora, rica en petróleo, junto con varias otras, sin electricidad.
Enfrentando las altas temperaturas del verano que a menudo superan los 50 grados, la movida desencadenó rápidamente manifestaciones en las provincias de Basora, Dhi Qar, Maysan y Mutanna.
El 6 de julio, dos días antes de que estallaran las protestas, Musaab al-Mudarris, un portavoz del Ministerio de Electricidad de Irak, afirmó que Irán había cortado 1,000 megavatios de electricidad a Irak debido a las deudas pendientes adeudadas por Bagdad.
En una conferencia de prensa el 13 de julio, el ministro iraní de Energía, Reza Ardakanian, dijo que Irán también suspendió las exportaciones de energía a Pakistán y Afganistán debido a problemas de suministro de electricidad y agua.
Al día siguiente, las protestas en Irak se extendieron a la capital, Bagdad, mientras que en la provincia de Najaf, en el centro-sur, manifestantes enojados asaltaron el aeropuerto internacional de Nayaf y paralizaron el tráfico aéreo.
Con la esperanza de evitar que las protestas sigan aumentando, Bagdad ha reducido el acceso a internet y ha prohibido varias plataformas de medios sociales. También ha impuesto toques de queda en Basora, Karbala, Najaf y Mutanna, donde las manifestaciones han sido más intensas.
Los manifestantes, que se concentraron en edificios gubernamentales e instalaciones petroleras, han extendido este accionar a oficinas de algunos partidos políticos.
Con la esperanza de satisfacer las demandas de empleo de los manifestantes, el primer ministro Haider al-Abadi recientemente reveló planes para nombrar a 10,000 nuevos funcionarios públicos.
Según informes, también ordenó a los funcionarios que busquen soluciones urgentes para la escasez crónica de agua y energía. También habría destinado 3 mil millones de dólares para la mejora de los servicios públicos en Basora.
En respuesta a los recientes disturbios, el jefe de policía de Najaf fue despedido recientemente, junto con la administración del Aeropuerto Internacional de dicha ciudad, quien con frecuencia había sido acusado de corrupción en el pasado.
Analistas
Según Hussein Allawi, un analista político, académico y ex funcionario iraquí con fuerte conexión con Washington, los manifestantes están expresando "quejas legítimas".
"Pero el momento de las manifestaciones coincide con los días finales del gobierno saliente de Irak", dijo a la agencia turca Anadolu.
"Las reformas y soluciones planificadas dependerán por completo del próximo gobierno del país, cuyas características siguen sin estar claras hasta ahora", añadió.
"Los grupos políticos que ganaron la elección parlamentaria (del 12 de mayo ) deben participar en el proceso de solución. Cualquier retraso en la formación del próximo gobierno solo servirá para exacerbar las manifestaciones", dijo.
Según Mohamed Salem, un analista político iraquí, las personas en el sur del país han salido a la calle porque están hartas de un bajo nivel de vida.
"Hay cientos de graduados que no pueden encontrar trabajo. El Estado no ha logrado manejar la economía de manera eficiente debido en gran parte a su política de depender de las importaciones extranjeras", dijo.
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