Irak pide a EE.UU que intervenga para frenar a DAESH

Mientras los islamistas yihadistas del llamado Estado Islámico de Irak y Sham (DAESH) prosiguen con su campaña militar y cometen masacres aberrantes contra la población, con la mira puesta en la capital Bagdad, el ministro iraquí de Exteriores, Hoshiyar Zibari, pidió ayer al subsecretario de Estado de Estados Unidos para Asuntos de Irak e Irán, Brett Makourk, aplicar el acuerdo estratégico entre ambos países de ayuda militar.

En un comunicado, Zibari, recordó que el acuerdo estratégico “incluye la cooperación en seguridad entre ambas partes y necesita ser puesto en práctica, de cara a los desafíos del futuro democrático de Irak y la lucha contra el terrorismo”.

“Yihad bendecida”. Tras la amenaza de los radicales suníes de destruir los templos sagrados de la minoría chií de Kerbala y Nayaf, el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, de confesión chií, animó ayer a los voluntarios a seguir luchando contra los yihadistas del DAESH y les ofreció “todo el material del país” para combatir.

En un mitin en un bastión chií en el sur de Bagdad, Al Maliki agradeció a un grupo de voluntarios que se hayan unido al ejército iraquí para enfrentarse a los milicianos del  DAESH y calificó de “yihad bendecida” la lucha de las fuerzas iraquíes contra el mencionado grupo, al considerarla una respuesta a la “fatua” (dictamen religioso) del ayatolá Ali al Sistani, la voz religiosa más respetada del chiísmo en Irak.

El primer ministro, que se presentó como “un pequeño trabajador del pueblo iraquí”, prometió construir un país “en el que no habrá diferencias entre suníes, chiíes, kurdos o turcos y donde todos vivirán libres”.

En Estados Unidos, demócratas y republicanos se enfrentaron por el papel de su país para ayudar al Gobierno iraquí a evitar que el país caiga en manos de extremistas.La congresista demócrata Tulsi Gabbard, veterana de la guerra de Irak, mostró su “preocupación” ante la posibilidad de un ataque aéreo para detener una “guerra civil” con “raíces religiosas” y abogó porque EU ayude en un proceso de diálogo entre la insurgencia suní y el Gobierno dirigido por el Nuri al Maliki.

En el otro extremo, el republicano Mike Rogers, presidente del Comité Inteligencia de la Cámara de Representantes, dijo que “tenemos que hacer algo”, ya que consideró que es “demasiado tarde” para llevar a cabo un “largo proceso de reuniones de reconciliación política”.

Rogers hizo un llamado para que el presidente Barack Obama forme una alianza militar con Egipto, Irak, Jordania y Arabia Saudí, y dé el apoyo militar necesario para ayudar a poner fin a esta “guerra civil sectaria”.