Irak: Mosul cae en manos de los yihadistas de DAESH

En una operación fugaz, y sin apenas resistencia, el grupo armado fundamentalista Estado Islámico de Irak y Sham (DAESH) secuestró en la madrugada del martes la ciudad de Mosul, la segunda ciudad iraquí más grande después de Bagdad, situada al norte del país cerca de la frontera con Siria y la región del Kurdistán.

"La ciudad de Mosul - provincia de Nínawa - está fuera del control del Estado", confirmó el Ministerio del Interior iraquí luego de que DAESH se había apoderado de las sedes gubernamentales y varias sedes de medios de comunicación.

Athil Nujaifi, presidente del parlamento iraquí, que había sido cercado en la ciudad y pudo escapar en la madrugada y declaró, instó “a los hombres de Mosul a mantenerse firmes en sus áreas para defenderlas contra los extranjeros, y a formar comités populares en sus distritos para cooperar en la defensa".

Nijaifi dijo que la ocupación de Mosul es un hecho grave que amenaza no solamente a Irak sino a toda la región y llamó a coordinar todos los esfuerzos para combatir al terrorismo de DAESH.

La guerrilla islamista procedió luego de ocupar la ciudad a vaciar las cárceles liberando del penal local de Badush a 1.400 prisioneros que pasaron a nutrir sus filas. En Julio del año pasado DAESH liberó de la cárcel de Abu Ghraib, al oeste de Bagdad, a cerca de mil convictos que también pasaron a sus filas formando así filas de combatientes de convictos y fugitivos.

Fuentes militares señalaron que la permanente disputa por la administración de Mosul entre las autoridades iraquíes y las del Gobierno Regional Kurdo puede haber influido en dejar el sitio sin defensa sólida y a merced de los milicianos. Policías y soldados abandonaron la ciudad a medida que avanzaba la insurgencia.

Los kurdos aguardan desde 2007 un referéndum que apruebe la absorción de esta ciudad por parte de la autoridad regional kurda y por lo tanto su ejército, los 'peshmerga', no ha intervenido para defender la localidad ante los avances de DAESH.

A principios de año, DAESH se hizo fuerte en las ciudades de Faluya y Ramadi, situadas en la provincia de Anbar. El ejército de Bagdad intentó arrebatarles el control, pero sólo lo logró parcialmente. Actualmente, Faluya sigue siendo terreno de los islamistas.

Desde Faluya, y siguiendo el curso del Éufrates, DAESH ha logrado extender sus “emiratos” hasta la provincia siria de Raqqa, aprovechando su capacidad de movilizar a la población rural suní descontenta contra el gobierno iraquí de mayoría chií.

Mosul, que es la segunda mayor ciudad de Irak, es también la segunda mayor localidad del país que cae en manos de la insurgencia. DAESH, antiguamente conocido como Al Qaeda en Irak y liderado por Bakr Bagdadi, discípulo de Osama bin Laden, mantiene una pauta de actuación tan personalista que se ha ganado incluso el repudio del mando central de Al Qaeda que reconoce como rama suya al Frente de AL Nusra que combate en Siria.