Premier británica: ferviente sionista

La flamante primera ministra británica, Liz Truss, declaró ser “una gran sionista y una gran partidaria de Israel”, a la vez que prometió “reforzar” las relaciones entre el Reino Unido y el régimen de Tel Aviv.

Sus declaraciones tuvieron lugar el domingo durante el evento, del que participó junto a varios ministros del gabinete, organizado por el lobby sionista británico del Partido Conservador “Amigos Conservadores de Israel” (CFoI ) y que se celebró en la ciudad inglesa de Birmingham.

En su intervención, Truss prometió que su país nunca permitirá que Irán obtenga un arma nuclear. “En este mundo, el Reino Unido e Israel tienen que estar hombro con hombro, y estaremos aún más cerca en el futuro”, agregó.

La presidenta de la Junta de Diputados de los Judíos Británicos, Marie Sarah van der Zyl, aprovechó la oportunidad de explotar el acérrimo y flagrante sionismo de Truss para pedir a Londres que traslade la embajada británica de Tel Aviv a la Jerusalén ocupada.

Por su parte, el ministro británico de Salud, Robert Jenrick, subrayó que había mucho terreno reservado para una nueva embajada y destacó que le complacía saber que Truss estaba considerando la posibilidad del traslado.

La ministra de Asuntos Digitales, Cultura, Medios de Comunicación y Deportes, Michelle Donelan, dijo que una de sus primeras visitas internacionales sería a la Palestina ocupada. "Hay muchas lecciones que podemos aprender de Israel", dijo.

La embajadora israelí en el Reino Unido, Tzipi Hotovely, quien participó en la convención del Partido Conservador británico, indicó que nada mostraría más la amistad entre Londres y Tel Aviv, que el traslado de la legación diplomática a Jerusalén ocupada.

Según expertos, el intento de Truss de apaciguar al lobby pro-israelí de Londres, se debe a la ebullición de los conservadores por la bonanza fiscal de su gobierno, que ha dejado a los mercados británicos en crisis, además de hundir la libra esterlina a mínimos históricos.