El Club Sirio Libanés de Bs. As. se expide ante organismos sobre crímenes de Turquía

Las seis misivas fechadas el 11 de mayo, fueron enviadas por la Comisión Directiva del Club Sirio Libanés de Buenos Aires, al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina, a la Secretaría General de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), a la Secretaría General de las Naciones Unidas (ONU), la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), a la Embajada de Turquía en Argentina, y a la Delegación de la Unión Europea en Argentina.

Asimismo se emitió un Comunicado de Prensa especial para los medios.

Transcribimos aquí la carta enviada a la Cancillería Argentina:

Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto

de la República Argentina

Sra. Ministra Susana Malcorra

Con pavura e indignación supinas hemos recibido el día de hoy, mediante crudo titular en uno de los más importantes matutinos del país, la repercusión local de una triste noticia de la prensa internacional:

“Guardias fronterizos turcos matan a tiros a refugiados sirios”. (Clarín / Mundo / 10-5-2016)

La nota periodística basada en la denuncia efectuada por la organización internacional de Derechos Humanos, Human Rights Watch (HRW), afirma que entre marzo y abril, los agentes turcos en la frontera sur del país habrían matado, sumando los incidentes recogidos, al menos a cinco refugiados sirios que intentaban cruzar. También habrían dejado 14 heridos, entre ellos niños.

A su vez, el gobierno turco persiste en la tarea de completar el muro de hormigón que construye para blindar su frontera sur con Siria, de 911 kilómetros, habiendo ya finalizado un tercio de esa extensión.

Asimismo en otro informe, respaldado por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (UNRWA), se consignó que durante el mes de abril, Turquía ha deportado a Siria a cientos de personas “diariamente”, violando así la Convención de Refugiados de Ginebra de 1951.

Estos graves hechos, no hacen más que confirmar el criminal e hipócrita accionar, digno del rótulo de “terrorismo de Estado”, llevado adelante por Turquía bajo la administración Erdogan, visible especialmente a partir de marzo de 2011 con los inicios de la crisis en Siria.

Con absoluta coherencia se conectan estas atrocidades a un evidente plan de desestabilización regional en pos de una agenda de auto-empoderamiento, basada en el apoyo a la acción terrorista.

Incorpórese aquí, elementos tales como a) el tráfico de armamentos e ingreso de extremistas hacia la República Árabe Siria, b) la participación en el tráfico del crudo robado de suelo tanto sirio como iraquí, por la autodenominada agrupación Estado Islámico (E.I. / ISIS), y similares grupos mercenarios actuantes en la región, o c) las constantes agresiones militares y violaciones de soberanía territorial, so pretexto de combatir el terrorismo, tanto en Siria como en Irak.

Todos ellos, si bien poco difundidos y protegidos por el poder mediático internacional, aun así claramente expuestos en sinnúmero de informaciones de la prensa independiente.

Como ciudadanos argentinos, integrantes del tejido social nacional y en nuestra condición de institución emblemática de la centenaria Colectividad Sirio Libanesa de la República Argentina, percibimos claramente la condición colonialista y expansionista de un Estado turco que no hace más que recordarnos el sufrimiento de nuestros ancestros expulsados de su tierra por la opresión del predecesor político de este mismo Estado.

Nos referimos al Imperio Otomano, que durante más de cuatro siglos oprimió nuestra tierra, llevando adelante la masacre de todo tipo de minorías étnicas y religiosas, integrantes milenarias y componentes de la riqueza multicultural, multiétnica y espiritual de nuestra región de origen, eterna cuna del intercambio, la espiritualidad y la civilización humanas.

Resulta esencial aquí, recordar el, aun no reconocido por el moderno Estado turco, genocidio del hermano pueblo armenio, que fuera acompañado al de otras minorías principalmente cristianas tales como los caldeos y sirianos, constituyéndose en signo mundial de la opresión, discriminación y nulo respeto por la vida, presentes durante las postrimerías otomanas.

Todo ello, coherentemente reciclado hoy por el presidente Erdogan y su criminal plan desestabilizador hijo de la más ávida ambición expansionista.

Por lo expuesto, desde nuestra institución, el Club Sirio Libanés de Buenos Aires, afirmamos que:

• La actual administración de Turquía está practicando una política de “Terrorismo de Estado” hacia sus vecinos, especialmente Siria. Repudiamos y denunciamos dicho accionar, el cual debe ser inmediatamente detenido por la Comunidad Internacional, castigando a sus responsables bajo el marco de la legislación internacional.

• La Comunidad Europea debe responder ante una manifiesta, innegable y preocupante relación directa entre estos recientes crímenes de Turquía, y el ilegal “tratado” bilateral en materia de refugiados, que convierte a los civiles y refugiados sirios en moneda de cambio de las intenciones de Ankara de incorporación a la UE, así como de la necesidad de dicha organización regional de lidiar con la amplia problemática de refugiados.

• Los socios regionales e internacionales de Ankara, no deben quedar fuera de estos crímenes por ser quienes apoyan y sostienen tanto su accionar criminal, como el paraguas protector internacional que cubre a la administración Erdogan mientras esgrime hipócritas declaraciones humanistas y protectoras de los refugiados.

Sra. Ministra:

Solicitamos respetuosamente sean consideradas nuestras apreciaciones y puedan servir como aporte a toda decisión y postura llevada adelante por la cartera que Ud. encabeza, en toda oportunidad y/o ámbito multilateral que permita manifestar el histórico posicionamiento argentino en favor de las causas humanitarias, la justicia y el respeto a la legalidad internacional.

Sin otro particular, saludamos a Ud. con el mayor de los respetos.

Arq. Claudio De Bas                                                                      CPN Adib Attie

Secretario General                                                                         Presidente