Cómo Israel prepara la anexión ilegal del Valle del Jordán
Mientras las noticias sobre la ocupación israelí en el Valle del Jordán son cada vez menos, el régimen ocupante prepara el terreno para implementar el llamado “Acuerdo del Siglo”.
Los asentamientos ilegales israelíes en tierra palestina han sido uno de los mayores puntos críticos del conflicto después de los Acuerdos de Oslo. Ahora, con un nivel de apoyo sin precedentes en Washington, Israel impone nuevamente su proyecto de anexión ilegal en la región.
El sostén de la gestión Trump a la ocupación no es noticia. De hecho, parece exacerbar la construcción de asentamientos en Cisjordania. Zena Agha, investigadora del grupo de expertos independiente Al-Shabaka, asegura que la actividad de asentamiento ha sido una característica constante en los territorios palestinos ocupados, independientemente del clima político nacional o internacional.
“Sin embargo, desde que el gobierno de Trump llegó al poder, ha habido un aumento en la campaña de asentamiento israelí”, dice. “No solo se están aprobando o legalizando cada vez más asentamientos, sino que Israel también está atacando descaradamente partes estratégicas de los territorios palestinos, como el corredor E1 entre Jerusalén y el asentamiento Ma'ale Adumim”, comenta.
En el Valle del Jordán en particular, el gobierno israelí de derecha de Benyamin Netanyahu tiene grandes planes para la expansión de los asentamientos. El área constituye alrededor del 30% de Cisjordania. Y la ubicación específica en el nexo de fronteras entre Cisjordania, Palestina Ocupada y Jordania hace que su localización sea de gran importancia.
El profesor Laleh Khalili, experto en el conflicto israelí-palestino en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos en Londres, asegura que “la ubicación no solo importa porque es buena tierra para la agricultura, sino porque -si alguna vez se creara algún tipo de Estado palestino-, el Valle del Jordán formaría su frontera oriental con otros estados árabes”
“En esencia, los asentamientos están destinados a cortar cualquier tipo de conexiones fronterizas entre un supuesto Estado palestino y el mundo árabe más allá. El cerco de las comunidades palestinas en enclaves cada vez más reducidos ha sido un plan del estado israelí desde 1948”.
Al respecto, los asentamientos israelíes en los territorios ocupados son ilegales según el Derecho Internacional.
El gobierno israelí es cauteloso sobre su relación con las empresas privadas que hacen el trabajo de construcción de asentamientos, pero una vez que se construyen los mismos, propicia su rápida conexión con el agua y la electricidad, y moviliza tropas del Ejército, posibilitando así su reconocimiento para una posterior anexión ilegal.
En el Valle del Jordán, como en gran parte de los territorios ocupados por el sionismo, la prohibición del acceso a las tierras y el insostenible hostigamiento las milicias y de los colonos hacia los palestinos, hace que cientos de granjeros y agricultores sean expulsados de su lugar de origen.
La situación es tal que se ha formado un grupo de activistas judíos por la paz que se ofrecen como voluntarios para escoltar a los pastores palestinos durante su labor, a fin de reducir la cantidad de hostigamiento y peligro al que están expuestos. Algunos pastores han dicho que cuando intentan realizar el trabajo en soledad, los colonos interrumpen los rebaños de ovejas al conducir en cuatriciclos a través de ellos.
Palestina ha perdido una cantidad sorprendente de tierra debido a los asentamientos sionistas. Israel se ha apoderado de más del 75% de la tierra en el Valle, a pesar de que hay diez veces más palestinos que israelíes viviendo allí.
En 2015, Human Rights Watch entrevistó a 38 niños y 12 adultos que trabajan en siete granjas de asentamientos en el área del Valle del Jordán.
La agencia informó que los niños menores de edad palestinos son empleados regularmente como mano de obra barata en las granjas de asentamientos, mientras que los israelíes de la misma edad tienen prohibido dicho trabajo. El informe describió que los pequeños trabajan en condiciones inseguras, que están sujetos a calor extremo o productos químicos peligrosos.
La pobreza es extremadamente alta entre los palestinos del lugar, con una tasa del 33,5%. El Banco Mundial estima que las restricciones a la libertad de movimiento palestina en el valle del Jordán le cuestan a la economía palestina USD 700 millones por año.
Y esta cifra podría aumentar más si los planes para nuevos asentamientos continúan. Las estimaciones sugieren que alrededor de 6 mil israelíes viven en el Valle del Jordán. Pero a fines del año pasado, se anunció que el régimen de Tel Aviv tenía un plan de "desarrollo" para el lugar, que vería a otros 10 mil israelíes asentados allí, en “nuevas unidades de viviendas”.
Bajo el falaz argumento de que los asentamientos del Valle del Jordán son un amortiguador a lo largo de la frontera jordana, y bajo el halo protector internacional garantizado y reforzado por la gestión Trump, el régimen ocupante trabaja en forma constante en pos de la imposición y el reconocimiento de una nueva anexión ilegal de tierras palestinas.
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