Explosión en Akkar: Líbano lamenta nuevas víctimas de la crisis
Al menos 28 personas murieron tras la explosión de un camión cisterna en la región norteña de Akkar, donde a causa de la escasez, los residentes del lugar intentaban obtener combustible.
Líbano lamentó este fin de semana nuevas víctimas de la crisis política, social y económica. En las primeras horas del domingo, en la localidad de Akkar, 28 personas perdieron la vida y más de 80 resultaron heridas a causa de la explosión de un tanque de combustible, que estaba rodeado de residentes que clamaban por obtener el escaso recurso.
Decenas de personas habían acudido en masa al pueblo aldea en busca de gasolina, un recurso escaso y cada vez más costoso que distribuía el ejército. La Agencia Nacional de Noticias libanesa (NNA) informó que la explosión siguió a las peleas entre los residentes que disputaban por obtener un poco de gasolina, pero la causa exacta de la explosión sigue sin estar clara.
El hospital de Geitawi, que tiene uno de los dos centros de quemados del país, vio una gran afluencia de pacientes heridos en la explosión durante la noche. La unidad de quemados en Beirut, a unos 80 kilómetros al sur del lugar de la explosión, también recibió a heridos.
Yassine Metlej, empleada de un hospital de Akkar, dijo que la instalación había recibido al menos siete cadáveres y docenas de víctimas de quemaduras. “Los cadáveres están tan carbonizados que no podemos identificarlos”, dijo a un medio local.
La explosión en Akkar, una de las partes más empobrecidas del país, fue una consecuencia mortal de la crisis socioeconómica que convirtió rápidamente al Líbano en un estado sin respuesta. El domingo, el Gobierno libanés decretó un día nacional de luto por la explosión de Akkar. La tragedia generó comparaciones inevitables con la monstruosa explosión del verano pasado en el puerto de Beirut que mató a más de 200 personas y devastó zonas de la capital.
El domingo, el director del hospital de Geitawi, Pierre Yared, dijo que el estado estaba completamente ausente tras la explosión de Akkar. "Las autoridades no están respondiendo a nuestras quejas, y los hospitales están en estado crítico, nos falta de todo", dijo.
Por la tarde, manifestantes enojados incendiaron la casa del terrateniente en cuyo terreno se desarrolló la tragedia, acusándolo de estar involucrado en un plan de acaparamiento y contrabando supuestamente encubierto por altos funcionarios. Además, decenas de personas protestaron también frente a la casa de Najib Mikati, en Beirut, quien recientemente fue nombrado primer ministro designado.
El hombre más rico del país es la tercera persona que intenta formar un gobierno desde que el último renunció a raíz de la explosión del puerto de Beirut en agosto pasado. El ex primer ministro Saad Hariri estableció un vínculo entre las explosiones de Akkar y Beirut en un comunicado compartido en Twitter. "La masacre de Akkar no es diferente de la masacre del puerto", dijo. “Si este fuera un país que respeta a su gente, sus funcionarios renunciarían, desde el presidente hasta el último responsable de esta negligencia”, finalizó.
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